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domingo, 16 de junio de 2013

Sabiduría inexplicable, 3550 años atras



La circuncisión bajo la Ley. (Levitico 12:2, 3.) Era tan importante seguir este mandato, 
que se circuncidaba al niño al octavo día aunque este cayese en sábado, día de descanso observado estrictamente.


En años recientes se han conocido algunas de las razones físicas por las que el 
octavo día era el tiempo indicado para la circuncisión. En la sangre no se encuentran cantidades normales del elemento de coagulación llamado vitamina K sino hasta del quinto al séptimo día después del nacimiento. Además, otro factor coagulante conocido como protrombina solo existe en cantidades de más o menos el 30% de lo normal para el tercer día, mientras que para el octavo día su proporción es más elevada que en cualquier otro tiempo de la vida del niño, pues alcanza el 110% de lo normal. De modo que el seguir las instrucciones ayudaría a evitar el peligro de hemorragia. El Dr. S. I. McMillen hace la siguiente observación al respecto: “El estudio de la vitamina K y de la tasa de la protrombina permite deducir que el día idóneo para practicar una circuncisión es el octavo día [...], día escogido por el Creador de la vitamina K”. (None of These Diseases, 1986, pág. 21.)

Forma y apoyo de la Tierra. Hace tres mil quinientos años, la Biblia declaró 
que la Tierra colgaba “sobre nada” (Job 26:7). En el siglo VIII antes de nuestra era, Isaías aludió claramente al “círculo [o esfera] de la tierra” (Isaías 40:22). Una Tierra esférica que flota en el vacío sin nada físico o visible que la sustente... ¿no parece un concepto increíblemente moderno?



Tanto confían en el registro geológico y geográfico de la Biblia algunos 
científicos de nuestros tiempos que lo han seguido como guía y han sido bien recompensados. Unos años atrás el eminente geólogo Dr. Ben Tor se guió por el texto de Deuteronomio 8:7, 9. A unos cuantos kilómetros de Beer-seba (tierra prometida) encontró inmensos despeñaderos saturados de mineral negro rojizo. Allí había, según cálculos, 13.600.000 toneladas métricas de mineral de hierro de calidad inferior. Más tarde, unos ingenieros descubrieron un afloramiento de kilómetro y medio de longitud de mineral excelente, de 60% a 65% hierro puro.



Ley mosaica (1550 a.C.) contuvo normas sanitarias que la medicina moderna 
consideraría razonables. Por ejemplo, una ley con relación a los campamentos militares prescribía enterrar el excremento fuera del recinto (Deuteronomio 23:13). Aquella medida preventiva era sumamente avanzada. Evitaba que el agua se contaminara y prevenía la shigelosis, afección transmitida por las moscas, y otras enfermedades diarreicas que aún se cobran todos los años millones de vidas.
 
La Ley mosaica contenía otras normas higiénicas que impedían la propagación de enfermedades infecciosas. Se ponía en cuarentena a quien tenía un mal contagioso (Levítico 13:1-5).
Las prendas de vestir o los recipientes que entraban en contacto con un animal muerto 
debían lavarse antes de usarse de nuevo o destruirse (Levítico 11:27, 28, 32, 33).
 
Todo el que tocaba un cadáver debía someterse a un procedimiento de limpieza que incluía lavarse la ropa y bañarse. Durante siete días, debía evitar el contacto físico con las demás personas (Números 19:1-13).
¿Cómo supo Moisés de aquellas normas sanitarias? La Biblia misma lo contesta: La Ley 
“fue transmitida mediante ángeles” (Gálatas 3:19).



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Fuentes de Información

El contenido del post es de mi autoría, y/o, es un recopilación de distintas fuentes.

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